POR JUNIOR PEÑA
La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. Da comienzo el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección, aunque su celebración suele iniciarse en varios lugares el viernes anterior, Viernes de Dolores, y se considera parte de la misma el Domingo de Resurrección.
La Semana Santa va precedida por la Cuaresma, que finaliza en la Semana de Pasión donde se celebra la eucaristía en el Jueves Santo, se conmemora la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo y la Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección.
Durante la Semana Santa tienen lugar numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión.
Pérdida del sentido de la celebración
En el caso particular de República Dominicana, se ha comprobado que parte de la población toma este tiempo para vacacionar y compartir con familiares lejanos, ir a playas, ríos, balnearios, centros de diversión, establecimientos de bebidas alcohólicas, entre otras actividades que cambian el sentido de esta celebración litúrgica.
De ahí entonces, se derivan los accidentes de tránsito, las intoxicaciones, las muertes, como consecuencia del uso irrazonable del alcohol, las playas y el conducir sin control.
Lo importante en ese sentido sería señalar que los ciudadanos deben de estar consciente de los valores que promueven en la sociedad y a la vez entender que no debemos poner en riesgo la vida de otra persona respetando el derecho de los demás.
Por eso, exhorto a que vivamos este encuentro en familia y en valores humanos, libre de perturbaciones que alteren la paz y armonía de la sociedad, para que podamos disfrutar de una Semana Santa en valores.
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